martes, 27 de noviembre de 2012

La Comuna de París


La Comuna de París (francésLa Commune de Paris) fue un breve movimiento insurreccional que gobernó la ciudad de París del 18 de marzo al 28 de mayo de1871, instaurando un proyecto político popular autogestionario que para algunos autores se asemejó al anarquismo o al comunismo.
El vacío de poder en París provocado por la derrota de Francia en la Guerra Franco-Prusiana provocó que la milicia ciudadana, la Guardia Nacional Francesa, se hiciera de forma efectiva con el poder a fin de asegurar la continuidad del funcionamiento de la administración de la ciudad. Se beneficiaron del apoyo y de la participación activa de la población obrera descontenta, del radicalismo político muy extendido en la capital que exigía una república democrática. La Guardia Nacional convocó elecciones para el consejo municipal que fue copado por radicales republicanos y socialistas.
La Comuna (el término commune designaba y aún designa al ayuntamiento) gobernó durante 60 días promulgando una serie de decretos revolucionarios, como la autogestión de las fábricas abandonadas por sus dueños, la abolición de la guillotina, la creación de guarderías para los hijos de las obreras, la laicidad del Estado, la obligación de las iglesias de acoger las asambleas de vecinos y de sumarse a las labores sociales, la remisión de los alquileres impagados y la abolición de los intereses de las deudas. Muchas de estas medidas respondían a la necesidad de paliar la pobreza generalizada que había causado la guerra. Sometida casi de inmediato al asedio del gobierno provisional, la Comuna fue reprimida con extrema dureza. Tras un mes de combates, el asalto final al casco urbano provocó una fiera lucha calle por calle, la llamada Semana Sangrienta (Semaine sanglante) del 21 al 28 de mayo. El balance final fue de unos 30.000 muertos, y París estuvo sometida a la ley marcial durante cinco años.
Ya que los sucesos de la Comuna de París tuvieron lugar antes del cisma entre anarquistas y marxistas, ambos movimientos políticos la consideran como propia y la celebran como la primera toma de poder de las clases proletarias en la historia de la Europa occidental. Marx la describió como el primer ejemplo concreto de una dictadura del proletariado en que el Estado es abolido, a lo que Bakunin respondió que al no depender de una vanguardia organizada y al no haber arrabatado el poder al Estado francés o intentado crear un estado revolucionario, la comuna parisina era anarquista.

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